Los precios altos en las zonas con mucha demanda os obligan a menudo a conformaros con casas que no llegan a ser las perfectas. Renunciáis al estilo de una casa a cambio de la proximidad de los servicios deseados, sacrificáis una distribución sensata por unas buenas vistas, acabáis subordinando los detalles interesantes a la ubicación, o intercambiáis el mal estado físico de una propiedad por el número adecuado de habitaciones. Los compradores que tenéis que adaptaros a un presupuesto dais a menudo por sentado que este compromiso es parte del trato. Sin embargo, hay una forma de transformar un lugar de tercera clase en un ganador de primera. Hasta las propiedades más anticuadas pueden salir del pozo y proporcionar a los propietarios todos sus deseos mediante reformas razonables. La casa de vuestros sueños está, definitivamente, al alcance de vuestra mano.
La semana pasada os planteamos en el artículo ‘5 claves de los hermanos Scott para encontrar tu hogar ideal’ la pregunta que trataremos a continuación: ¿vuestra casa actual tiene el potencial de alcanzar el estatus “de vuestros sueños” o mudaros es la mejor manera de crear una casa de ensueño con todo lo indispensable?
Según los hermanos Scott, cerca del 25% de los propietarios que no están contentos con las características de su vivienda actual deberían quedarse en su hogar y arreglarlo. Pero ¿cómo saber si estáis en ese grupo?
Podéis quedaros y plantearos una reforma si:
- ¡Os encanta este sitio a pesar de sus defectos! Muchos de los problemas de una casa se pueden solucionar más fácilmente de lo que pensáis. Haced una lista, estudiadla con un contratista y poned precio a todos los cambios. Así podréis disfrutar mucho más de vuestra casa sin tener que pasar por una mudanza.

- Vuestra casa y vuestro barrio os encantan… casi siempre. Si lo único que no os gusta de vivir en ese sitio son algunos aspectos negativos de la casa, aseguraos bien de que os habéis esforzado lo suficiente por arreglarlas antes de mudaros.
- Está a la distancia perfecta del trabajo. A veces puede ser más rentable añadir el espacio necesario a una casa o modernizar un espacio clave como la cocina o el baño que mudarse, si la distancia de la casa al trabajo es corta y eso optimiza la calidad del tiempo que pasáis en vuestro hogar.
- Mudarse no es rentable para vosotros en este momento. Si, por algún motivo, vender os dejaría en una mala situación financiera, no lo hagáis. Volved a pensar en lo que os molesta de la casa. Tal vez haya cosas que puedan arreglarse reformando.
- No queréis aumentar la hipoteca y estáis cómodos con lo que pagáis ahora. Sed listos: comprad solo lo que necesitéis o vayáis a necesitar en un futuro próximo. Reembolsad vuestra hipoteca activamente cuanto antes y os encontraréis en una posición financiera mucho mejor para hacer frente a una reforma más adelante.
- Estáis contentos con el colegio de vuestros hijos y no podéis encontrar una casa comparable en su distrito escolar. Los miembros más jóvenes de la familia deberían poder tener voz en la decisión de dónde vivís. Cambiar de escuela y encontrar nuevos amigos puede ser duro, sobre todo si vuestros hijos ya tienen edad como para haber establecido relaciones muy estrechas y si están muy involucrados en actividades deportivas, musicales o de otra índole.

Por el contrario, encontrad un sitio nuevo y mudaos si:
- Podéis sacar un gran beneficio por la casa si la vendéis ahora. Puede que os sorprenda descubrir que es mucho mayor de lo que pensabais. Según vuestra situación actual, podría ser una decisión acertada convertir vuestro patrimonio en dinero contante, pagar vuestras deudas e invertir en otra propiedad que satisfaga vuestras necesidades.

- El tamaño de vuestra familia ha cambiado y la casa se os ha quedado demasiado grande o pequeña. En ocasiones las grandes reformas estructurales cuestan más que el precio de venta de la casa.
- El trasporte al trabajo os está matando. Si pasáis más de tres cuartos de hora en el coche o en el transporte público de camino a vuestro trabajo tened presente que esto también podría significar mudaros más cerca del lugar de trabajo.
- Todo está demasiado cerca, estáis encerrados o, al contrario, no podéis ir andando a ningún sitio interesante ni necesario. Si vuestra casa actual es demasiado ruidosa por los comercios cercanos, si hay demasiado tráfico en la calle y demasiados atascos en la zona, ninguna reforma va a resolver eso. Y pasa lo mismo si estáis demasiado lejos de los servicios que consideráis importantes o que harían vuestra vida más cómoda y divertida.
- Vuestra casa tiene una distribución absurda y no es funcional. Hay distribuciones tan malas que por más que se intenten arreglar o por muchas paredes que tratéis de quitar, simplemente no pueden mejorarse.
- Una reforma no sería rentable en vuestra vivienda actual. Si vuestra casa no tiene solución y no tenéis presupuesto para reformarla, o bien descubrís que el coste de la reforma sobrepasaría exageradamente el valor de la casa, esto es un indicativo claro de que tenéis que mudaros. En este caso conviene consultar con un profesional Inmobiliario.
En definitiva
Hay un toma y daca entre las necesidades y los deseos en la vida. Cuando os empecéis a plantear una reforma, debéis tener claro aquello sin lo que no podríais vivir, lo que os gustaría tener (pero es claramente opcional), y lo que en realidad no os importa. Las listas de condiciones indispensables, apetecibles y prescindibles resultan muy útiles a lo largo de todo el proceso de compra y de reforma, así que usad vuestra casa como punto de partida. No importa si ya sabéis si vais a quedaros o a mudaros, hacer una lista os puede ayudar a daros cuenta de las cosas que realmente os gustan de vuestra casa, sin las que no podéis vivir, y podéis añadir lo que necesitaríais tener en una propiedad diferente.
Por último, si habéis decidido que la mudanza es la mejor opción, algo que queremos recordaros es que en nuestro post ‘Claves para elegir un agente Inmobiliario’ os ayudamos desde la transparencia y servicio al cliente a tomar la mejor decisión. Recordad que en Inmuebles y Exclusivas, donde cumplimos el mismo código ético que los hermanos Scott –el de los Realtor-, siempre anteponemos los intereses de nuestros clientes ante los nuestros.